lunes, 21 de febrero de 2011

3 de mayo

Su espalda era grande como su bello andar por estos pagos.
Era una especie de silencio que imposible no sentir.
Su brillo era incandescente.
Me dejo ciega.
Y ya no pude ver mas pa afuera.
Solo quede mirando la luna enorme que habitaba mi corazón.
Su errante paso dejo el perfume de todas las flores, las primeras que regale.
Las primeras…
que movieron la errática porción del mas exacto paso que di
...hacia tu beso infinito de bondad… amado cielo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario