martes, 23 de agosto de 2011

MOVIMIENTO


Quedarme estática en este movimiento para siempre. Irresoluble, directo onomatopéyico de principio a final. Una vértebra se disloca, la sonrisa se estampa entre vagones imaginarios recorriéndome en la vía antigua, llegaste, vos. Otro tiempo en el hoy.

Arrasando de barriletes y cantos y manos hermanas de piel lejana. Ruguen desde el encanto de la nube moviéndose, ella pasa, ella va.
Y entonces adoquines de sangre, aparecen entre los adoquines los rostros frescos de Antepasados sonriendo, como señalando el camino, hacia atrás, hacia delante, vienen de nuevo y esta vez ya no se callaran nada. Ellos Arrojan al agua, derribando las fronteras de los espacios sin sentido, todos aquellos malabares del diablo queriendo escupirte en la cara y encontraremos el espejo propio, la derogación de lo melancólico, la expropiación de los intereses, se sacaran impuesto por ser hijo de puta, vas a ver. Gigantes huecos cierran calabozos, y cubrieran con barriletes las ilusiones de los viejos. Serán rincones de luz los espasmos, el miedo no será encerrado, será devuelto a volar suelto, y salga de los corazones, tan asustado y prisionero el pánico,se volverá valiente..ya no necesitara tu comodidad, se ira lejos. Y entonces la locura no tendrá objeto, y entonces caerán las paredes de la ignorancia y de golpe y porrazo te darás cuenta que todo fue un certero engaño, y no, ni siquiera un sueño, estaba pasando.

Se aglutinan las miserias y las alegrías, los holocaustos y los big banes, los comienzos y los finales, todo al extremo y en el mismo momento.

Y de allí aparece la mirada del ruiseñor, de la alondra campera, y el cielo lastima a los ojos miopes de sensibilidad. Mírame, dime, haceme, construime…en cada porción late ese secreto casi una confesión.

Fuego contra fuego, gigantes esperas tendrán los señores para buscar una comida de resfríos mal curados.

Luego volcanes serán de flores, y reirá de nuevo el silencio, en aquella flor nocturna en el patio del amigo, En la guitarra tucumana, En la rustías amapolas de los rojos finales de acordeones, en el salón a cielo abierto de los espejo pequeños, pequeños y en movimiento, girando en tu espacio permanentemente, como para que recordemos...nada esta quieto aunque no lo puedas ver…allí esta... moviéndose .

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